Creo que la vida y la muerte están íntimamente ligadas.

Para renacer hay que morir, quedarnos vacías, desnudas, renunciar al control entre otras cosas y así poder  “resucitar entre los vivos”.

Personalmente resucité hace casi 15 años, cuando desperté en un hospital, sin diagnóstico aparente, sólo una fiebre altísima que duró 5 días y no había forma de controlarla.

En ese momento de “reposo” obligado, hice un recorrido de mi vida tratando de comprender porqué había llegado hasta esa situación.

Fue dolorosamente hermoso.

Fue y sigue siendo un proceso movilizante, que me llevó a estudiar Constelaciones Familiares, Psicoterapia Sistémica, Psicología Social, entre otras tantas disciplinas.

Creo que la información es la herramienta más poderosa que existe, así que todo este conocimiento adquirido me permitió ver mi historia desde otra perspectiva, más amorosa, más compasiva.

Descubrí cómo puedo ayudarte

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